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Fingir orgasmos: un análisis funcional, paso a paso

Antes de empezar, comprendamos primero algunos conceptos básicos.

¿Qué es el análisis funcional?

Es una herramienta que sirve para identificar las relaciones funcionales que explican las conductas de una persona. Hacer un análisis funcional implica analizar los comportamientos en términos de sus antecedentes (las cosas que ocurren antes) y sus consecuentes (las cosas que ocurren después).

Permite establecer hipótesis explicativas (de origen y mantenimiento del problema), de forma que se puede analizar y explicar por qué una persona se comporta de la forma en que lo hace en determinado momento.

No es un análisis meramente topográfico, no solo trata de describir las características de las conductas (duración, intensidad, frecuencia) sino que se centra en identificar las relaciones que se establecen en el entorno, el comportamiento y sus consecuencias.

¿Qué son las variables disposicionales?

No aluden a relaciones sino a hechos o a estructuras. Son condiciones del organismo y del entorno que alteran una cadena funcional influyendo en la conducta de una persona. Por ejemplo: 

  • Características biológicas
  • Repertorios de conducta
  • Condiciones físicas del entorno
  • Nivel socioeconómico 

¿Qué son las reglas verbales?

Es una descripción de una contingencia de tres términos. No se circunscriben a una situación específica, sino que pueden ejercer control en una gran variedad de circunstancias y describen generalidad o regularidad.

*Toda la información aquí contada fue previamente autorizada por la consultante

Ahora sí, comencemos con el caso

Información general de la consultante

M es una mujer de 21 años, trabaja en un call center, vive sola, no tiene pareja formal actualmente y tampoco sufre de ninguna enfermedad ni toma medicamentos. 

Motivo de consulta: “falta de deseo sexual, falta de sensibilidad y placer. No tengo orgasmos”

Sesiones

  • 1 sesión de evaluación: entrevista y autorregistro
  • 1 sesión de devolución del análisis funcional
  • 8 sesiones de intervención: se continuó con los autorregistros
  • 1 sesión de seguimiento
EVALUACIÓN

Sexualidad individual

Comenzó a masturbarse a los 9 años en solitario. Descubrió que frotando su vulva con el borde de la cama sentía placer. Continúa haciéndolo de la misma manera hasta la actualidad, por lo menos una vez al día y a veces varias veces al día.

Sexualidad compartida

  • Primera pareja: comenzó sus primeros encuentros eróticos a los 16 años con su primer novio, un chico con el que no había comunicación sexual y con el que los encuentros se desenvolvían siempre de la misma manera: “tocarnos por encima de la ropa, masturbación, besos, caricias”. Con este chico no hubo penetración.
  • Segunda pareja: “me presioné a mí misma a tener una práctica que no deseaba (penetración) con esta persona. Además, me enfocaba en que él lo pasara bien, olvidándome de mi”.

Fantasías

Es una persona que fantasea con facilidad y regularidad (lo hace de manera diaria), y lo incluye dentro de su masturbación. Tiene fantasías de tipo lésbico. No hay emociones etiquetadas como desagradables o culpa asociada a estas fantasías. 

Actitud hacia sus genitales

Siente vergüenza hacia su vulva: no le agrada su color ni su forma. “Tuve aversión en el pasado a ver mi vulva en un espejo, sin embargo hoy puedo hacerlo sin problema”.

Soluciones intentadas para solucionar el problema

  • Fingir orgasmos/ placer
  • Pedirle a la pareja que pare (solo cuando se siente muy incómoda)
  • Llorar frente a la pareja
  • Acceder a ser penetrada (sin deseo sexual)
  • Evitar por completo tener interacciones eróticas con otras personas
  • Evitar relacionarse románticamente con chicos
  • Buscar ayuda profesional con una sexóloga en el pasado, sin embargo esta última terminó el proceso sin causa aparente.

Objetivos de la consultante (demanda)

  • “Poder sentirme a gusto con mi cuerpo”
  • “Experimentar placer conmigo y con otras personas de diferentes maneras”
  • “Masturbarme de diferentes maneras”
  • “Sentirme a gusto con mi vida sexual”
  • “Disfrutar de la penetración y otras prácticas”

Conductas problema 

Anticipaciones: a raíz de las interacciones sexuales desagradables se expone a verbalizaciones encubiertas aversivas (pensamientos) que tienen como consecuencia reducir su incertidumbre frente a su futura vida sexual, y a la vez experimentar una sensación de control. Todo ello termina por provocar un estado de ánimo bajo.

Complacer: ante los estímulos discriminativos (besos, caricias) anticipa la aparición de una posible penetración (la cual está condicionada aversivamente) llevando a cabo las siguientes conductas operantes: 1) fingir el orgasmo y 2) recibir la penetración.

¿Qué hace la consultante?

        1. Fingir orgasmo: emite verbalizaciones y gemidos, movimientos y expresiones faciales que simulan placer.
        2. Recibir la penetración: se queda quieta para recibir la penetración por parte de su pareja.

Estas operantes se refuerzan de manera negativa, trayendo alivio a corto plazo pero dificultades a largo plazo. Por ejemplo, a largo plazo el encuentro erótico se vuelve cada vez más aversivo, su pareja no tiene la oportunidad de conocerla realmente (lo que le gusta y lo que no) y además no se expone a la posibilidad de tener encuentros desgenitalizados o más placenteros.

Evitación de los encuentros eróticos: por recibir de manera reiterada estimulación aversiva que no desea (penetración) desde sus primeros encuentros eróticos hasta la actualidad, termina por evitar completamente toda la cadena conductual que hace parte de una interacción sexual.

¿De qué manera evita o escapa de los encuentros?

        1. Cuando se comienza a besar con la pareja que tenga en el momento anticipa una posible penetración y detiene la interacción inmediatamente.
        2. Cuando comienza a salir con un chico nuevo le expresa en persona o por WhatsApp que no tendrán encuentros eróticos en el futuro.
        3. Evita establecer relaciones románticas con chicos. Cuando alguno le propone tener una relación le deja de hablar ya que teme que pueda haber un encuentro erótico en un futuro.

Todas estas operantes la protegen a corto plazo de exponerse a lo que teme, sin embargo, a largo plazo no tiene la oportunidad de aprender otras maneras de tener encuentros mucho más reforzantes, dado que no se expone a ello

Hipótesis de origen

Tuvo una primera penetración dolorosa (EI) con su segunda pareja, lo que produjo una respuesta incondicionada (RI) de dolor y tensión muscular. Por emparejamientos sucesivos se condicionaron aversivamente los besos, caricias y el contacto con la vulva (EN-EC) generando una respuesta condicionada (RC) de malestar y miedo.

Hipótesis de mantenimiento

Objetivos Terapéuticos

  • Tener orgasmos de otras maneras: usando los dedos (estimulándose de manera directa el clítoris), usando juguetes eróticos, etc.
  • Contracondicionar la práctica de la penetración y el encuentro erótico como algo apetitivo
  • Disminuir el malestar asociado a las anticipaciones (verbalizaciones encubiertas)
  • Comunicarse de manera asertiva con su pareja sexual
  • Aumentar su estado de ánimo 

Intervención (Técnicas)

Educación sexual/afectiva:  

Se le comentó sobre la importancia de que todos los encuentros eróticos se den en un contexto de deseo de ambas partes, explicándole la diferencia entre consentir un encuentro y desearlo. Teniendo presente que una persona puede consentir una relación sexual bajo chantaje o abuso psicológico. 

También se conversó sobre sus derechos relativos a su vida erótica: puede parar la relación sexual en cualquier momento, puede decir que no desea tenerla antes, puede desear tener el encuentro pero no determinadas prácticas, etc. Además, se puntualizó en que su pareja debe en todo momento respetar sus límites y no traspasarlos.

Finalmente, se hizo hincapié en solo sí es sí y mediante el diálogo se instauró en ella la siguiente regla verbal: “de ahora en adelante, sólo haré cosas que me generen placer durante las relaciones sexuales, o que como mínimo me den igual, pero eliminaré todas las que me sean desagradables”

Por otro lado, se vio conveniente proporcionarle conocimientos básicos sobre anatomía de la vulva y vagina, sobre el funcionamiento de la respuesta sexual humana y la explicación de lo que es un orgasmo y cómo se puede saber que se ha tenido uno. 

En este caso, la consultante verbalizaba al inicio no tener orgasmos, sin embargo, indagando más, se llegó a la conclusión que sí que tenía orgasmos, solo que tenía ideas erróneas de lo que debería ser. Con la educación sexual logró identificarlos e incluso disfrutarlos más. 

Moldeamiento verbal: fue un trabajo sesión a sesión. Se buscaron pruebas de realidad de sus pensamientos. Por ejemplo, ante la verbalización “nunca he sentido placer” se le pidió que describiera un momento de su vida sexual en el que si sintió placer. Se reforzó esa descripción. También se cortó en sesión las verbalizaciones aversivas, las anticipaciones y la rumia.

Activación conductual: la consultante había abandonado muchas actividades gratificantes del pasado y esto, junto con la rumia y las verbalizaciones encubiertas, aumentó su estado de ánimo bajo. Se le propuso crear un calendario de esas actividades, de manera que pudiera retomarlas poco a poco. 

Autofocalización sensorial: consistió en aproximaciones sucesivas al contacto con su propio cuerpo, genitales y a las sensaciones resultantes, contracondicionando apetitivamente.

Focalización sensorial en pareja: a pesar de que la consultante no tenía una pareja formal, contó con la ayuda de un amigo con el que sentía mucha confianza para realizar los ejercicios. La focalización en pareja permitió desgenitalizar los encuentros eróticos, quitando el coito del centro de la relación sexual y disminuyendo la ansiedad/malestar asociado. 

También se hizo hincapié en la práctica del egoísmo positivo, es decir, que ella se concentrara en sus propias sensaciones corporales y en las caricias que le gustaran a ella, antes de focalizarse en lo que le gustara a él. Esto porque en la evaluación se detectó esta dificultad que la alejaba de su propio placer y autoconocimiento. 

Entrenamiento en masturbación: La masturbación es una habilidad que se aprende como cualquier otra. Se propuso el visionado de videos educativos en donde se mostraron diferentes maneras de estimularse. Se comentó acerca del aprendizaje por ensayo y error: la consultante probó diferentes maneras de masturbarse para dar con las que le produjeran más placer, aumentando así su repertorio de conductas sexuales.

Entrenamiento en comunicación sexual: antes, durante y después de la relación sexual. Mediante este entrenamiento disminuyó la necesidad de fingir orgasmos y la presión por el rendimiento sexual. Se le dieron pautas a la consultante para comunicarse asertivamente con su pareja y poner los límites que considerara. También se la preparó para las situaciones en las que su pareja no respetara estos límites y cómo reaccionar ante esto. 

Referencias

  • Análisis Funcional de la Conducta Humana: Concepto, Metodología y Aplicaciones /Maria Xesús Froxán Parga
  • Análisis Funcional de la Conducta: Un Modelo Explicativo/ Mariana Segura Gálvez
  • La Consulta Sexológica/ Marta Ortega Otero
  • Manual Curso Análisis Funcional/ ITEMA

 

Ana María Gómez Zapata

Soy psicóloga, analista de conducta, sexóloga, terapeuta sexual y de parejas. Actualmente me dedico a la terapia online aplicando una perspectiva científica y feminista.