Instagram, influencers y bienestar psicológico
Si hay algo que me parece excesivamente peligroso en las redes sociales (sobre todo en Instagram) es, sin duda alguna, el mundo de las “influencers” y todas las personas con una cantidad medianamente grande de seguidores que se dedican a compartir cualquier cosa sin tener en cuenta la influencia que su contenido puede tener sobre sus seguidores.
Si bien es cierto que no todo lo que publican es malo y que incluso hay algunos “pros”, bajo mi punto de vista, casi siempre pesan más los “contras”.
Hoy en día tenemos influencers que se dedican a promocionar casas de apuestas, que muestran las comidas que hacen cada día, que hablan del ayuno intermitente, que muestran el “cuerpazo” que tienen, su vida llena de lujos… y qué peligroso es todo esto. Además, muchas veces se escudan en que en sus redes sociales pueden compartir lo que quieran y que allá cada uno con el mensaje que recibe.
Es bastante aterrador que hoy en día abramos las redes sociales e, inmediatamente, lo único que nos encontremos sean “cuerpazos”, vidas perfectas… que nos llevan a pensar que nuestra vida, incluso nosotros mismos, somos un fracaso. Y sí, todos “sabemos” que las redes sociales no son la vida real, que cada persona muestra lo que quiere que veas y que no va a compartir precisamente sus penas, pero una cosa es no contar tu vida privada ni tus penas y otra muy distinta aparentar que todo es maravilloso. Al final, por mucho que todos seamos más o menos conocedores de ello, nos siguen influenciando sin darnos cuenta y lo que en un principio empieza siendo un uso esporádico de filtros que te deforman la cara para verte más guapa, puede acabar en grandes problemas de alimentación, complejos…
Párate a pensar un momento, ¿cuántos “selfies” te haces sin filtros? Seguramente tu respuesta sea “ninguno” o “pocos”. ¿Cuánto tiempo estás analizando una foto para ver si sales lo suficientemente estupenda para subirla a tu perfil?
De hecho, a pesar de ser consciente del problema, yo soy la primera persona que jamás se hace un selfie sin un filtro que le deje la cara perfecta, con el que no se vea ni una imperfección… y, por supuesto, siempre maquillada. Ha llegado un punto en el que sólo buscamos la perfección, en el que tratamos de ocultar cualquier mínima imperfección… No queremos que los demás nos vean como realmente somos, es algo que nos da auténtico pavor.
Y tú dirás, ¿y qué papel tienen las influencers en todo esto? Pues bien, tienen un gran papel. Si entramos a su perfil, lo primero que nos encontraremos serán fotos de chicas con un “tipazo” (entiéndase tipazo/cuerpazo según el canon de belleza que triunfa por excelencia, una mujer delgada, sin estrías, sin ojeras…) que, en muchos casos, ni siquiera es su cuerpo real, pues hay poses y poses y están retocadas, o incluso están operadas o se han realizado algún retoque estético. Que, ojo, no hay ningún problema en retocarse ni operarse ni nada por el estilo y seguramente ellas sean las primeras que se sienten insatisfechas con ellas mismas. Pero, al final, lo que hacen es seguir creando estereotipos y perpetuando la idea de que el “cuerpazo” es aquel que no tiene ninguna “imperfección” ni nada por el estilo. Deberían ser conscientes de que ese tipo de contenido y de mensaje lo único que consigue es crear complejos y estereotipos que pueden acabar en algo tan grave como un TCA, entre otros problemas.
Además, también comparten contenido acerca de lo que comen en su día a día o, incluso, de lo que no comen. Lo que sirve para que tú te compares y te sientas mal por comer lo que comes y cómo comes. Un ejemplo de esto es el contenido de Carlos Ríos, un hombre bastante popular, que lo único que hace es lanzar el mensaje de que lo que comes está fatal y de que “a ver si tienes un poco más de cuidado con lo que comes, no te vayas a tomar ni medio gramo más de azúcar del que deberías”.
De hecho, hay demasiadas influencers con problemas de alimentación que se dedican a difundir sus dietas, el ayuno intermitente, su proceso (por ejemplo, fotos del abdomen antes y después) … y esto también es muy heavy. Al final, este tipo de cuentas son las nuevas “pro-ana” y “pro-mia”. En resumen, si sigues alguna cuenta de este estilo, ten cuidado. Mensajes como esos son muy peligrosos y, como lo anterior, también pueden derivar en un TCA. No te sientas mal por comer lo que comes, cuando quieres… Nadie (excepto un profesional que haya analizado detenidamente tu caso personal) debería decirte lo que debes o no debes comer, ni las cantidades, ni las veces al día.
Por otro lado, otro tipo de contenido bastante habitual en este tipo de cuentas es el de los lujos y los viajes, que te hacen sentir mal porque tú no puedes estar todo el día viajando a cualquier parte del mundo, ni mucho menos gratis.
Al final, si sigues a varias influencers, siempre va a haber alguna de viaje, lo que servirá para que tú cojas y te digas “pues vaya mierda de vida tengo yo, ellas todo el día viajando de aquí para allá sin ninguna obligación y yo lo único que hago es trabajar 10 horas al día sin apenas descansar y con el miedo de no llegar a fin de mes”. Al igual que con los selfies, yo también soy esa chica que cuando las ve a todas de viaje en sitios ideales siente envidia por no poder permitírselo.
Al final, como puso Denisa en Twitter (@psidenisa), la mayoría de las influencers viven a costa de tu baja autoestima. Pues, al final, sus ingresos vienen de todas estas fotos retocadas, publicidades de alimentos “healthy”, viajes… Vamos, que básicamente se ganan la vida creándole complejos y problemas más graves a la gente. Y, seamos honestos, esto es un poco (bastante) feo y turbio, la verdad.
Y, ¿cuál es mi recomendación en todo esto? Pues bien, ya que las influencers no van a hacer nada por cambiar esta situación mi recomendación sería que analizaras unos cuantos puntos:
- ¿Cuánto contenido de influencers/famosos consumes al día/a la semana? Y, con esto, no sólo quiero que te fijes en influencers de Instagram, pues, aunque este artículo se centre más en esta red social, no es en la única que pasa. Todo esto también ocurre con youtubers, streamers, futbolistas… En definitiva, ocurre con cualquier persona famosa, pues todas ellas, en mayor o menor medida, tienen “mejor” vida que nosotros y nos van a crear complejos y/o malestar inevitablemente. ¿Cuántas veces has deseado tener una vida tan chula como la de tu streamer favorito, en la que tu trabajo sea “únicamente” jugar a videojuegos?
- ¿Te está afectando este tipo de contenido? ¿Cuánto? Párate a pensar detenidamente cuáles son las consecuencias que está teniendo tanto en tu bienestar psicológico como físico. Probablemente, al principio no seas consciente de esto, pero a todos nos repercute de alguna manera.
- Analiza los “pros” y los “contras” de consumir este tipo de contenido. ¿Te compensa? ¿Hay algún famoso/influencer en concreto que te cause más malestar? ¿Te sirve de algo, más allá del cotilleo, seguir a ciertas influencers?
- ¿No sería más conveniente dejar de seguir a cualquier famoso (o incluso no tan famoso, también puede ser un conocido tuyo que no tiene apenas seguidores en comparación con los famosos) que lo único que te genere sea malestar, o que simplemente los “contras” pesen más?
- Si vas a seguir siguiendo a ciertas cuentas de influencers, ten cuidado. Sé crítico con todo lo que ves y recuerda que lo que estás viendo no es real y que, si lo fuera, no quiere decir que esté mejor y que sea lo ideal.
En resumen, cuídate y cuida de tu bienestar psicológico en la medida de lo posible. El contenido que consumimos en redes sociales, aunque no lo parezca o no seamos conscientes, afecta y mucho a nuestro bienestar psicológico. Y, como he dicho antes, lo que puede empezar con un “simple” complejo, utilizando algún filtro o retocándose mínimamente el cuerpo, puede acabar en conductas más problemáticas y hasta en problemas de la conducta alimentaria.
Referencias
Deni [@psidenisa]. (17 de junio de 2019). La mayoría de influencers viven a costa de vuestra baja autoestima. [Tweet]. Twitter. https://twitter.com/psidenisa/status/1140384733865611264?s=20&t=frZ_E3uG3GBdv_CocFFOPw
Andrea González Mainar
Soy Andrea González Mainar, actualmente soy estudiante de Psicología por la UNED y desde hace casi un año trato de divulgar y acercar la psicología a personas menos cercanas a ella a través de Instagram, para tratar de aportar mi granito de arena a mejorar el panorama actual de la psicología.