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Navidades y problemas de alimentación

Las navidades son una época difícil para quien sufre problemas de alimentación. Las personas pueden tener un problema de alimentación tanto por descontrol (atracones recurrentes o sensación de atracón subjetivo) como por exceso de control (rituales en torno a la comida, restricción de cantidades, restricción de ciertos alimentos…). Para estas personas, la comida puede estar asociada a una forma de evadirse de emociones, a un miedo desproporcionado a engordar o ambas. Aquí te dejo unas pautas para pasar por estas fechas llenas de comida de forma más llevadera, tanto si tienes un problema con la comida como si tienes un familiar o amigo con problemas con la comida:

Si tienes un problema de alimentación…
  • Recuerda que los cambios son lentos y progresivos, pero no despreciables, cada pequeño avance, cuenta. Es importante que trates de identificar los avances o intentos de avance que sí has hecho durante estas comidas tan difíciles y premiarte por ello reconociéndotelo. Ese puede ser tu motor para seguir avanzando.
  • Si el momento de la comida se vuelve insoportable, sal un momento, trata de respirar de forma profunda, piensa en algo que te calme, y reincorpórate a la comida en cuanto puedas. 
  • Si tienes problemas con el descontrol, quizás te ayude ponerte en tu plato lo que vas a picar, en vez de picar directamente de la fuente de comida.
  • Disfruta de las conversaciones y de la compañía de los demás, o al menos trata de distraerte con ello para que no toda tu atención la capte la comida. 
  • Ante los comentarios de los demás sobre lo que comes, puedes restarles importancia en alto (“¿Engordé?” “¿Adelgacé?” No creo que sea relevante”), decirles que te sientes mal cuando hacen ciertos comentarios, usar el humor, ignorar, desviar el tema o incluso prepararte de antemano las respuestas con las que más cómodo te sientas. 
  • Si sabes que la persona de siempre va a hacer el mismo comentario de todos los años, puedes preparar la respuesta con la que más segura te sientas, usar el humor, el sarcasmo, una sonrisa cortante… “¡Eso ya te lo contesté el año pasado! Jaja” A veces, ser cortarte, sí compensa. 
  • Comer en exceso =/= darse un atracón. Vivirlo como atracón te puede dejar con el sentimiento de fracaso. En estas fechas es habitual que todo el mundo coma más de lo que suele comer en su día a día, eso no significa que todo el mundo se esté dando un atracón, por lo tanto, tampoco implica necesariamente que tú te lo estés dando o estés destinado a dártelo. Hacer esas interpretaciones pueden terminar siendo una profecía autocumplida. 
  • Interpretar comer más de lo deseado o algo indeseado como “haberse pasado” puede desencadenar atracones si tiendes al “todo/nada” o a pensar que si “ya lo he estropeado, qué más da”. Cuidado con esos pensamientos dicotómicos, tramposos, autosaboteadores. Identifícalos cuando aparezcan, dales un par de vueltas, cuestiona de qué te sirve pensar así, a dónde te llevan y si hay que hacerles caso. A veces, las reglas rígidas respecto a lo que se puede comer o no, o ir con un plan previo de las cantidades o alimentos que se pueden comer, generan ansiedad cuando no se pueden cumplir o se rompen, y esa ansiedad puede desencadenar el descontrol temido inicialmente. 
  • Que te apetezca comer algunos de los alimentos que va a haber por estas fechas es normal, no hagas caso a las voces o sensaciones que te digan que que te apetezca eso es malo. ¡A todos nos puede apetecer un rico turrón! 
  • La ropa que lleves en una comida navideña no hace falta que sea la más bonita y espectacular para el resto, sobre todo elige algo con lo que te sientas cómoda y te parezca bonita a ti.
  • Sobre el miedo a no comer sano: la salud también tiene que ver con el bienestar en familia, que a veces pasa por comer cosas menos nutritivas.

 

Si ceno con alguien con un problema de alimentación…
  • Que la conversación no gire en torno a la comida.
  • No hagas comentarios de subidas o bajadas de peso, ni si quiera para bien, no sabes cómo le puede sentar a otro o qué conductas dañinas puedes estar reforzando. 
  • Respeta los ritmos, tiempos, formas y cantidades para comer de cada persona, sobre todo si tiene dificultades con la comida. 
  • Refuerza los avances, a veces basta con una sonrisa. 
  • Es preferible no hablar de dietas ni ejercicio físico.
  • Evitar los “Qué poquito comes” y los “¿Todo eso te vas a comer?” y similares. 
  • Hacer comentarios sobre lo mucho que estás comiendo tú puede hacer caer a la persona en comparaciones y que eso le haga sentir peor con su proceso de recuperación o su relación con la comida. 
  • Quizás no es el momento de hablar de lo que has engordado o lo que vas a engordar, ni de que te vayas a apuntar al gimnasio en enero para compensar. Piensa que lo que dices sirve de modelo para la persona que está sufriendo por su imagen. 
  • Si sabes que alguien está pasando un mal rato con la comida, quizás no es el momento para preguntarle “qué tal de lo tuyo”, mejor un: “¿Cómo estás?” general, en el que te pueda contar lo que le apetece y no se sienta forzada a hablar sobre algo con lo que quizás no está cómoda. 
  • Trata de colaborar para que el momento de la comida sea agradable. Para alguien con un problema de alimentación estar entre tanta comida ya es difícil, si además, se le suman discusiones o tensiones, se convierte en una pesadilla.

Estas pautas sirven en realidad para todos, pues nunca sabemos cuándo tenemos al lado a alguien con problemas de alimentación o con riesgo a desarrollarlos. Se puede disfrutar de unas navidades sin hablar del cuerpo y de los posibles excesos.

Después de las comidas:

La culpa es normal cuando llevas tiempo con un problema de alimentación, pero es posible no actuar haciéndole caso a lo que te dice la culpa, aunque eso pase por pasar un momento desagradable con ella. ¡No hay nada que compensar! Todos habremos comido de forma diferente y a nadie le va a cambiar el cuerpo llamativamente de un día para otro. Volver a comer con normalidad puede ser complicado, supone convivir con posible malestar, pero a medio-largo plazo, es la mejor opción para no entrar en bucles de restricción o atracones.
Reconócete los avances que sí has hecho. Es posible que no hayan sido las comidas perfectas, pero seguro que hay alguna cosa que sí has intentado hacer mejor, sí ha habido un avance en algún sentido o algún aprendizaje que te orientará en el proceso de mejora.

Bibliografía recomendada:

Ekstrand, A. C., & Roca Villanueva, E. (2011). Terapia cognitivo-conductual para los trastornos de la conducta alimentaria según la visión transdiagnóstica = Cognitive behavioral therapy for eating disorders according to the transdiagnostic view. Acción Psicológica, 8(1). https://doi.org/10.5944/ap.8.1.198

Fairburn, C., & Esteban, R. A. F. (2017). La superación de los atracones de comida: Cómo recuperar el control. Ediciones Paidós.

Froján, M.X., González, M. y Cristobal, R. (2006) ¿Qué es la anorexia?.  Madrid: Biblioteca Nueva.

Lozada, V., & Moratilla, C. (2020). Por qué comes como comes (1.a ed.). Plataforma Editorial S.L.

Denisa Praje

Psicóloga, estudiante del Máster en Psicología General Sanitaria. Comunica sobre trastornos de la conducta alimentaria, insatisfacción corporal y autoestima en redes sociales (@psidenisa en Twitter e Instagram).