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El futuro de la realidad virtual (RV) como complemento de la intervención psicológica

Vivimos buenos tiempos para el desarrollo tecnológico. Hace unos meses se anunciaba el metaverso y día a día podemos ser testigos de cómo los dispositivos de realidad virtual van mejorando su calidad a pasos agigantados. Debido a esto, han ido surgiendo múltiples preguntas sobre la posible utilidad y aplicación de esta tecnología a diferentes ámbitos de nuestra vida. Entre ellos, y permitidme que barra un poco para casa, un área donde la RV lleva ya un tiempo jugando un papel muy importante es la psicología aplicada y más concretamente la intervención clínica, donde ya podemos encontrar resultados prometedores para tratar algunos problemas psicológicos y donde se sigue investigando a día de hoy en busca de futuras aplicaciones terapéuticas.

RV y exposición: una buena combinación para trabajar con problemas de ansiedad

No es de extrañar que en la actualidad los problemas de ansiedad presenten una de las mayores tasas de prevalencia en nuestra sociedad. Por este motivo, la técnica de exposición se ha convertido en una de las principales protagonistas en las investigaciones y aplicaciones de la RV en el ámbito de la Psicología Clínica al ser una de las herramientas más efectivas para tratar algunas de las conductas problema asociadas a la ansiedad.

¿Pero qué es esto de la RV? Pues podríamos definir la realidad virtual (RV) como una serie de entornos tridimensionales con los que una persona puede interactuar en tiempo real, consiguiendo de esa forma una sensación de vivencia e inmersión semejante a la que ocurre en una situación del mundo real. ¿Y las técnicas de exposición? Uno de los aspectos que comparten la mayoría de los problemas de ansiedad es la llamada conducta de evitación. Por ejemplo, las personas que sufren fobia social suelen evitar aquellas situaciones en las que temen una evaluación negativa por parte de los otros; las personas con trastorno de pánico o con agorafobia suelen evitan situaciones en las que sienten que es difícil escapar u obtener ayuda y en otras muchas ocasiones algunos ataques de pánico que parece que se dan “de la nada” y sin estimulo fóbico aparente, en realidad se relacionan con sensaciones fisiológicas de activación. Aquí os dejo un ejemplo de entorno virtual para trabajar la agorafobia: 

Así pues, la esencia de estas técnicas es la exposición repetida, sistemática y gradual al estímulo/situación temida para conseguir una respuesta cada vez menos intensa mediante un proceso de habituación. Los pasos generales a realizar son similares a los de una exposición en vivo (evaluación conductual, elaboración de la jerarquía de estímulos, establecer objetivos, exposición…) solo que embebidos en un entorno virtual.

Sumado a las terapias de exposición, muchas empresas disponen de diversos entornos para trabajar otras técnicas conductuales como la desensibilización sistemática, la respiración diafragmática, la relajación muscular y el mindfulness.

En cuanto a la eficacia de estas técnicas y a modo de resumen, diversos estudios controlados han demostrado que la terapia de exposición por medio de RV se presenta como más eficaz que las condiciones de no tratamiento e igual de eficaz que la exposición en vivo. También se ha observado que las mejoras del tratamiento se han mantenido en los seguimientos realizados en los diferentes estudios y que existe una clara preferencia por la exposición mediante RV frente a la exposición en vivo antes de comenzar el tratamiento de fobias. (Cositas a tener en cuenta, ¿no?)

Ventajas e inconvenientes de la RV

En cuanto a las ventajas, podemos encontrar en el uso de dispositivos de RV varios puntos a favor:

  • Ofrece un mayor grado de privacidad y confidencialidad ya que la exposición se realiza sin tener que abandonar la consulta (ahorrándonos muchos quebraderos de cabeza desde el punto de vista ético).
  • Mejora el acceso a determinadas configuraciones estimulares que normalmente no se encuentran disponibles fácilmente (fobia a las tormentas, a volar…).
  • Ofrece un mayor control de los estímulos y no hace falta esperar a que los acontecimientos se produzcan (podemos elegir si es de día, si hay truenos, si hace sol…).
  • Es útil para personas a las que les cuesta más imaginar y recrear situaciones (algo muy importante para que la técnica sea eficaz) y para las que prefieren esta exposición en RV antes que in vivo como un paso previo para evitar riesgos de retroceso en la exposición.
  • Permite recrear situaciones que van más allá de lo que se puede encontrar en la propia realidad de nuestro día a día (como por ejemplo, exponernos a 10 despegues o 10 tormentas seguidas).
  • Facilita el autoentrenamiento y el sobreaprendizaje, ya que se pueden reproducir las condiciones estimulares las veces que queramos. Esta posibilidad de práctica continuada en muy diversos contextos puede ayudar a generalizar los logros obtenidos en la situación de terapia al contexto natural.
  • Permite la observación del terapeuta y por lo tanto una mejor detección de los estímulos de mayor relevancia clínica facilitando así el diseño de jerarquías de exposición gradual personalizadas.
  • Es segura ya que terapeuta y paciente controlan en todo momento lo que está sucediendo.

En cuanto a efectos secundarios, los más comunes son mareos, visión borrosa, cansancio ocular o dolor de cabeza, por eso su uso va acompañado de ciertas recomendaciones: empezar la exposición con tiempos cortos para ir aumentándolos progresivamente, intentar no hacer movimientos bruscos, etc. Por otro lado, solo un bajo porcentaje de personas (aproximadamente el 0.025%) suele experimentar convulsiones, náuseas o desorientación al usar la RV.

Otras aplicaciones clínicas

La RV también ha demostrado buenos resultados en otros contextos clínicos. En la actualidad, los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) constituyen un problema muy importante de salud pública debido al aumento de la incidencia de estos en los últimos años. Por suerte, las investigaciones e intervenciones llevadas a cabo hasta el día de hoy sugieren que la RV puede ayudar de forma importante en su evaluación y tratamiento. Esta tecnología también se ha demostrado útil en la creación de entornos lo más variados y realistas posible para la evaluación e intervención con niños que presentan diversos problemas de conducta (de atención, hiperactividad, comunicación, lenguaje, habilidades sociales, etc.). Los entornos tipo “clase virtual” facilitan la observación conductual, el aprendizaje y la generalización de lo aprendido a otros contextos. Otro ámbito en el que se están comenzando a utilizar estas técnicas es el campo de las adicciones (juego patológico, adicción a las drogas…). Por último, cabe destacar la utilidad que la RV puede tener en el ámbito de la Psicología de la Salud pudiendo reducir determinadas conductas asociadas al dolor tras pasar por determinados procedimientos quirúrgicos, aumentando la calidad de vida y el bienestar de personas ingresadas en medicina intensiva y/o que se encuentran en procesos de quimioterapia, rehabilitación y otros.

Algunas experiencias de RV con “potencial terapéutico”

Como curiosidad, me gustaría enseñaros algunos ejemplos de experiencias virtuales fuera de la aplicación clínica. A pesar de no contar con validez científica ni haber sido diseñadas con ningún propósito terapéutico específico, algunas de ellas pueden ofrecernos una fuente de bienestar y gratificación inmediata e incluso a medio-largo plazo podrían desarrollar cierto potencial terapéutico.

  • Where thoughs go: El objetivo de este juego es ir contestando preguntas sobre diferentes experiencias vitales, así como ir despertando a criaturas durmientes que al tocarlas irán descubriendo audios de personas reflexionando sobre las mismas. Esta experiencia se está adaptando para usarse como una herramienta terapéutica que ayude a aumentar el repertorio conductual relacionado con la empatía y la expresión emocional. 
  • A Fisherman’s Tale: Como ya sabemos, la “creatividad” como tal no puede enseñarse, pero las habilidades y conductas etiquetadas como creativas pueden probabilizarse en presencia de ciertas condiciones o contingencias. En esta experiencia virtual debes ir solucionando ciertos puzles y rompecabezas. La aplicación de diferentes soluciones para obtener un determinado reforzamiento (solucionar el puzle, huir de enemigos, obtener un tesoro…) favorece así la “creatividad” y el trabajo en solución de problemas.
Conclusión

Como cierre, quería lanzaros una reflexión sobre el posible futuro de la terapia psicológica en el metaverso. De momento sabemos pocas cosas sobre él y creo que aún hacen falta muchos ajustes para que podamos disfrutarlo y usarlo a un nivel más global. Lo que sí que sabemos es que el metaverso es un entorno donde las personas podremos interactuar social y económicamente como avatares, a través de un soporte lógico en un ciberespacio, el cual actuará como una metáfora del mundo real, pero sin las limitaciones físicas o económicas ahí impuestas. Yo me hago bastantes preguntas sobre esto y me gustaría saber qué pensáis vosotros: ¿Creéis que en algún momento será viable realizar terapia psicológica a través del metaverso? ¿Os imagináis poder crear un centro de psicología y crear un entorno de comunicación mediante avatares, imágenes u hologramas? ¿Qué ventajas e inconvenientes podría conllevar esta adaptación total al entorno virtual?

Soy consciente de que existen algunos riesgos y desventajas y de que se debe crear un marco educativo y legislativo adaptado a este nuevo contexto, pero observando el aumento de la terapia online (sobre todo a través de videollamadas) en los últimos años, los resultados prometedores que presenta la RV para diversas problemáticas, y la aceptación por parte de un gran porcentaje de la población, mis expectativas son bastante optimistas. ¿Se irá ajustando la realidad a las expectativas? ¿O más bien será al revés? Lo sabremos a la vuelta de la publicidad.

Bibliografía

Botella, C., García-Palacios, A., Quero, S., Baños, R. M. y María Bretón-López, J. (2006). Realidad virtual y tratamientos psicológicos: una revisión. Psicología Conductual. (Vol. 14, Issue 3).

Brito, H. C. y Vicente, B. P. (2018). Realidad virtual y sus aplicaciones en trastornos mentales: una revisión. In Rev. Chil. Neuro-Psiquiat (Vol. 56, Issue 2).

Clus, D., Larsen, M. E., Lemey, C. y Berrouiguet, S. (2018). The use of virtual reality in patients with eating disorders: Systematic review. Journal of Medical Internet Research 20 (4), 1–13.

Soto Triana, J. S. y Gómez Villamizar, C. (2018). Avances en realidad virtual e intervenciones en psicología clínica. Tesis Psicológica, 13 (1), 1–15.

Guía clínica para la aplicación de la RV. Psious.

Carolina Mirete Juan

Psicóloga y estudiante del Máster en Psicología General Sanitaria. Interesada en el Análisis de Conducta (clínica/investigación) y divulgadora a tiempo parcial en redes sociales (@yosoypsicocarol en Instagram). Apasionada de los videojuegos y las nuevas tecnologías.